Para mi, la vivencia de haber estado allí ha sido indescriptible, más allá de lo cofrade, ya que la felicidad, la alegría, el bienestar, la alianza de civilizaciones, la paz entre culturas, la ausencia de cualquier tipo de altercado entre los peregrinos, más allá de las manifestaciones convocadas por grupos laicos, con total intención de hacer daño como paso en los numerosos altercados que han protagonizado, así como el movimiento 15-m de los cuales yo me indigno, por la imagen que han dado de España durante estos días, porque no somos cientos ni miles como ellos, somos millones, y la fé y la devoción popular siempre se ha terminado imponiendo, como dentro de poco podrán ver en el cuanto menos, anecdótico, pero a la vez preocupante traslado de ida que protagonizó el cristo de Mena asta llegar a la puerta del Sol.
Pero yo como cristiano, solo puedo perdonarles, igual que lo hace nuestro señor, e invitarles a que vean que detrás de la sociedad en la que viven, quedamos gente con ganas de divertirnos y pasarlo bien en comunidad, con alegría y sin necesidad de impedir a alguien que lleve su vida y sus creencias como a cada uno le parezca bien.
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